martes, 7 de febrero de 2017

Historia del Ecuador


Huayna Cápac, padre de Atahualpa y Huáscar  murió en torno a 1525 sin dejar nombrado a un sucesor, lo cual dio lugar a la sangrienta guerra civil incaica por la sucesión entre Atahualpa y su hermano Huáscar, por lo cual  Atahualpa quedo al mando del ejército incaico del Norte y a cargo del gobierno de esa región, que estaba subyugada al imperio incaico  a diferencia de su hermanastro Huáscar que se coronó inca en el Cuzco y tras una larga campaña , Atahualpa logró vencer a Huáscar cerca del Cuzco.
                             
En 1532, informado de la presencia de los españoles en el norte del Perú, Atahualpa intentó sin éxito pactar una tregua con su hermanastro. Huáscar salió al encuentro del ejército quiteño, pero fue vencido en la batalla de Quipaypán y apresado en las orillas del río Apurímac cuando se retiraba hacia Cuzco. Posteriormente, Atahualpa ordenó asesinar a buena parte de los familiares y demás personas de confianza de su enemigo y trasladar al prisionero a su residencia, en la ciudad de Cajamarca.
                             

En ese momento, el emperador inca recibió la noticia de que se aproximaba un reducido grupo de españoles, al mando de Hernando de Soto, lo sorprendió en estas circunstancias y accedió a concurrir a una entrevista con Pizarro en la plaza de Cajamarca, La entrevista era un ardid tramado por Pizarro para apresar al Inca. En efecto, cuando Atahualpa llegó a la plaza al frente de su ejército desarmado y con la intención de negociar con Pizarro de acuerdo con la lógica bélica inca, fue atacado por sorpresa.
                                            
                                

 Atahualpa ofreció pagar un enorme rescate a cambio de su libertad y Pizarro aceptó su oferta. Pero los españoles temieron un ataque indígena y decidieron deshacerse de Atahualpa. Tras recibir el rescate lo acusaron de traición, de conspiración contra la corona española, y de asesinar a Huáscar. Lo sometieron a juicio, lo sentenciaron a muerte y lo ejecutaron por estrangulamiento.
La derrota y muerte de Atahualpa y el rencor de los cuzqueños hacia el Inca ejecutado permitieron que los españoles ingresaran a la ciudad sin oposición. Incluso, fueron recibidos por Manco II, quien se convirtió en Sapa Inca con el beneplácito de los recién llegados. La débil resistencia al mando del general Quisquis no pudo impedir el ascenso de Manco II ni la consolidación de la presencia española en la región
                          

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