Conocida también como de Batalla de San Antonio de Ibarra,
fue una encuentro bélico ocurrido en las inmediaciones de la ciudad de Ibarra
entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre de 1812. Este evento, está enmarcado
dentro de las Guerras de Independencia
Hispanoamericana, este enfrentamiento fue entre las tropas del Estado de Quito
y el Imperio español. La derrota quiteña ocurrida tras este evento supuso la
desaparición de la fugaz nación que había nacido en el territorio de la Real
Audiencia de Quito después de instalada la Segunda Junta Autónoma de Gobierno,
que se había declarado independiente de España el 11 de octubre de 1811.
El general Toribio
Montes había llego desde España en calidad de Presidente de la Real Audiencia
de Quito y como Comandante General de las huestes realistas en reemplazo de Joaquín
Molina, quien había perdido la confianza del Virrey de Perú, José Fernando de
Abascal. Montes, era un sagaz veterano de guerra, recibe el apoyo incondicional
de sus superiores y procede a formar un ejército para recuperar los territorios
de Quito, consistente en: tropas frescas reclutadas en Panamá, Lima y
Guayaquil; además se le asignó la cantidad de cien mil pesos, extraídos de la
Caja del Tesoro de Lima, por lo cual convoca con carácter de urgente a todos
los ciudadanos idóneos, comprendidos entre 16 y 50 años de edad, para la
movilización y defensa de la nación en la ciudad de Ibarra, ya que habían
perdido Quito en manos realistas; ordena además la ejecución de espías y
traidores, e invoca a los bandos internos a la reconciliación y la paz
amenazada por un enemigo común.
Toribio Montes por su parte dispuso que el brigadier Juan
Sámano, se dirigiese hacia el norte y persiga a las tropas quiteñas hasta el
aniquilamiento y destrucción total de los insurrectos. El escuadrón quiteño
organizó la resistencia en las inmediaciones de la ciudad de Ibarra, ocupando
las alturas de Loma de Soles, Bellavista Alta, Loma de los Callipicos y de Los
Óvalos; sin descuidar otras posibles líneas de operación enemigas en dirección
a Zuleta y el centro urbano de la ciudad.
Sámano convoca entonces a su Estado Mayor para una apreciación
de situación y ésta decide cambiar la estrategia hispana, enviando comisiones
que propusieran una concertación sin consecuencias posteriores para los quiteños
entonces el pacto propuesto por Sámano fue aceptado por los incautos quiteños,
pues ambos ejércitos marcharon juntos, y aunque el viaje debía terminar en
Ibarra, donde firmarían los respectivos tratados, los jefes realistas
estudiaron en detalle a las tropas quiteñas lideradas por Pedro de Montúfar y
decidieron pernoctar en San Antonio, alegando que las tropas estaban cansadas,
incumpliendo el ofrecimiento de concentrarse en Ibarra, Sámano inmediatamente
envió postas para acelerar el arribo de refuerzos desde Quito, aunque estas
finalmente nunca llegaron.
Fernando Terán, párroco de San Antonio que era fiel a la
causa quiteña, se dio cuenta de los ajetreos españoles y envió un mensaje a
Pedro de Montúfar, informándole de la situación, enviándole mensajes por lo
cual se descubre que habían sido víctimas de engaño y traición por lo cual se desata
la batalla en donde el coraje demostrado por los quiteños hizo que los
españoles abandonen sus cañones y busquen refugio en la iglesia, pero a pesar de
todos estos esfuerzos la ciudad de Ibarra solo resistió un par de días más, y
pierde la batalla el 1 de diciembre de
1812; en donde Toribio Montes dispuso el
fusilamiento de más de 75 oficiales en la Plaza de Ajusticiamiento con el
objeto que sus cuerpos reciban el escarnio de la gente de la ciudad. Desde ese
día la plazoleta fue conocida como Plaza del Martirio.
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